¿Puede cambiar tu tipo de piel?

¿Puede cambiar tu tipo de piel?
by Truly Beauty

Es bien sabido que la piel cambia con la edad, pero ¿puede cambiar tu tipo de piel? ¡Tenemos respuestas a todas tus preguntas!

Quizás siempre has tenido la piel grasa y ahora se ha vuelto seca. O quizás siempre has tenido la piel seca y ahora la sientes más grasa. A menudo, estos cambios en el tipo de piel se deben a diversos factores, como cambios ambientales y hormonales, e incluso, a veces, a una mala rutina de cuidado de la piel.

A continuación te mostramos cómo interpretar los cambios repentinos en la piel y qué puedes hacer al respecto.

¿Puede cambiar tu tipo de piel?

Sí, tu tipo de piel puede cambiar con el tiempo debido a la edad, las hormonas, los factores ambientales e incluso los productos de cuidado facial. Según los dermatólogos, la piel puede transformarse de grasa a seca o sensible, pero esto ocurre debido a factores externos.

Tu tipo de piel está determinado genéticamente, lo que significa que puede cambiar con las estaciones u otros cambios, pero no por sí sola. La única excepción es durante la posmenopausia, cuando la piel puede pasar de grasa a seca debido a la disminución de la actividad de las glándulas sebáceas.

Además de los cambios ambientales, los cambios en los niveles de estrés, la dieta y los medicamentos pueden afectar la cantidad de grasa que produce la piel. Si de repente te salen brotes, por ejemplo, podría deberse a estos factores. Dado que el acné es una inflamación, puede ser causado por el estrés, que se traduce en un mayor número de puntos negros, puntos blancos y granitos dolorosos.

Si observa cambios en la piel, es importante ajustar su rutina de cuidado de la piel para satisfacer estos nuevos cambios.

¿Tu piel está repentinamente más seca?

Si tu piel se siente más seca de lo normal, podría deberse a los cambios estacionales. La piel suele mostrar sequedad durante los meses de otoño e invierno debido a la baja humedad y el aire seco, que la privan de sus aceites naturales y, en última instancia, de hidratación.

Incluso las duchas calientes y la calefacción interior pueden dejar la piel seca y deshidratada. Pero eso no es todo: factores relacionados con el estilo de vida, como no beber suficiente agua o usar limpiadores agresivos en exceso, también influyen.

Los dermatólogos recomiendan adaptar tu rutina de cuidado de la piel para incluir productos más hidratantes, como un limpiador suave y una crema hidratante enriquecida. Busca ingredientes como aceite de jojoba, ácido hialurónico, manteca de karité, aceite de semilla de uva y vitamina E para hidratar la piel seca y deshidratada.

¿Tu piel de repente está más grasa?

El tipo de piel grasa se caracteriza por una zona T brillante y grasosa, además de imperfecciones. Si tu piel está más grasa de lo habitual, probablemente se deba a fluctuaciones hormonales, no a un cambio en el tipo de piel. La producción de grasa suele aumentar durante el ciclo menstrual, a medida que aumentan los niveles hormonales. Esto puede estimular las glándulas sebáceas, provocando que produzcan un exceso de sebo.

La mejor manera de controlarlo es cambiar de limpiador para abordar el exceso de producción de sebo. Limpia tu piel a diario con ingredientes que absorban la grasa, como el caolín y el carbón, para mantener un aspecto mate.

Si también sufres de brotes, busca un limpiador que contenga un exfoliante químico como el ácido salicílico para destapar los poros y eliminar las imperfecciones. Pero no te excedas, ya que el exceso de limpieza y exfoliación puede irritar la piel y provocar que produzca más grasa.

¿Tu piel está repentinamente sensible?

Si de repente tienes la piel sensible , lo más probable es que se deba a los productos de cuidado que usas o a una barrera cutánea deteriorada. Los limpiadores y tónicos agresivos pueden debilitar la barrera protectora de la piel, dejándote vulnerable a enrojecimiento, irritación y sensibilidad.

La piel necesita tiempo para sanar y repararse. Durante las próximas semanas, evita usar exfoliantes agresivos o ingredientes potencialmente irritantes como el retinol para permitir que la barrera cutánea se recupere. Mientras sana, concéntrate en hidratarla con cremas hidratantes ricas y nutritivas para restaurar la salud de tu piel.

Lo mejor es mantener tu rutina diaria lo más simple posible: limpiador, crema hidratante y protector solar. Solo hasta que tu piel se recupere.

¿Tu piel está seca y grasa al mismo tiempo?

Si notas una combinación de piel seca y grasa , probablemente tengas piel mixta. Por ejemplo, puedes tener la zona T grasa mientras que el resto de la piel se siente seca.

Los cambios de estación suelen causar estos cambios, que son temporales. El clima más frío puede resecar algunas zonas de la piel, mientras que el estrés o los cambios hormonales pueden aumentar la producción de grasa en otras.

Para mantener tu piel equilibrada, concéntrate en usar un limpiador o tónico que equilibre la grasa en las zonas grasas y en aplicar un sérum o crema hidratante facial en las zonas más secas. Busca productos ligeros y no comedogénicos para evitar obstruir los poros y, al mismo tiempo, nutrir tu piel.

¿Puede tu tipo de piel cambiar con la edad?

A medida que envejecemos, la piel experimenta cambios naturales. Por ejemplo, las personas con piel grasa en la adolescencia suelen notar que su piel se vuelve menos grasa y más equilibrada entre los 20 y los 30 años. Al llegar a los 40 y 50 años, los cambios hormonales pueden provocar sequedad y pérdida de elasticidad.

La piel envejecida también produce menos colágeno y aceites naturales, lo que puede provocar mayor sequedad y sensibilidad. Para combatir estos cambios, es fundamental centrarse en productos antiedad como el retinol y antioxidantes como la vitamina C, que potencian la hidratación, fortalecen la barrera cutánea y promueven la producción de colágeno.

También es esencial usar FPS todos los días, incluso en los meses más fríos, para prevenir el daño solar que puede provocar signos prematuros de envejecimiento, como líneas finas, arrugas e hiperpigmentación.

¿Puede el estrés cambiar tu tipo de piel?

El estrés no solo afecta tu mente, sino también tu piel. El estrés crónico desencadena la liberación de cortisol, una hormona que puede aumentar la producción de grasa, lo que provoca brotes y brillo en la zona T.

Al mismo tiempo, el estrés puede debilitar la barrera cutánea, haciéndola propensa a la sequedad y la irritación. Si experimentas estos cambios, es importante priorizar prácticas de autocuidado como la atención plena, el sueño reparador y la hidratación. En cuanto al cuidado de la piel, prioriza productos calmantes que reparen la barrera cutánea.

¿Pueden las hormonas cambiar tu tipo de piel?

Las hormonas son un factor importante en los cambios en el tipo de piel, especialmente durante la pubertad, el embarazo, la menopausia e incluso el ciclo menstrual. Las fluctuaciones hormonales pueden afectar la producción de grasa, provocando acné, sequedad o mayor sensibilidad.

Por ejemplo, muchas personas experimentan piel más grasa y brotes durante la menstruación debido al aumento de la producción de sebo. El embarazo a veces puede causar piel seca o sensible, mientras que la menopausia suele provocar piel más seca debido a la reducción de los niveles de estrógeno.

Si tu piel está cambiando debido a los cambios hormonales, considera consultar con un dermatólogo para adaptar tu rutina. Los productos con ingredientes calmantes y equilibrantes, como la niacinamida, pueden ayudar a regular la producción de grasa y reducir la inflamación.

¿Puede cambiar tu tipo de piel? Claro que sí, pero no por sí solo. Factores como el clima, el estrés, las hormonas e incluso los productos para el cuidado de la piel pueden causar cambios en el tipo de piel. La mayoría de las veces, son temporales. La mejor manera de lidiar con un tipo de piel diferente es seguir los consejos anteriores e incorporar a tu rutina los productos que mejor se adapten a las necesidades de tu piel.

Fotografía de Sora Shimazaki, Pexels

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